Las mejoras que se han realizado en el desarrollo de inyectables tales como el ácido hialurónico o la tóxina botulínica han repercutido en una mayor demanda de tratamientos de estética facial relacionados con ellos. Así lo demuestran datos de la Sociedad Americana de Cirugía Plástica Estética, a cuyo aumento también ha contribuido los múltiples usos aprobados por la Food and Drug Administration (FDA). En concreto, los tratamientos con este tipo de materiales han aumentado un 21% entre los años de 2014 y 2015.
Ácido Hialurónico
En el caso del ácido hialurónico, el objetivo es recobrar el descenso de volumen en determinadas zonas, generándose de ese modo arrugas relacionadas con el envejecimiento. Las zonas en las que más visibles son los cambios tras el este tipo de tratamiento son ojeras, mejillas y mentón, aunque también se aplica en labios y manos. La ventaja que tienen los recientes avances en ácido hialurónico se traducen en una inmediata percepción del resultado, una mayor persistencia (hasta 18 meses) y una apariencia natural.
Toxina botulínica tipo A
Esta toxina está especialmente indicada para eliminar las líneas de expresión en la frente, en el entrecejo, en el cuello, o para deshacerse de la ‘patas de gallo’. Sus efectos se perciben a partir delos dos días posteriores al tratamiento, alcanzando su culmen a las dos semanas y alargándose sus efectos hasta los 6 meses. Además, en apenas 1 de cada 100 casos se pueden dar efectos adversos, siendo estos nimios y desapareciendo en pocos días (si se producen).
En los dos casos el tratamiento indoloro, suponen un espacio muy corto de tiempo para su ejecución, no se requiere ningún tipo de postoperatorio y sus resultados están visiblemente adaptados a las necesidades de cada persona.
En Clínica Estética Ruber Castro Sierra te animamos a saber más acerca de estos tratamientos, recordándote que la primera consulta es gratuita.