El Botox llegó a principios de la década de 1990 y también se le conoce como toxina botulínica o toxina botulínica.
Es producido por la bacteria clostridum botulinum. Su particularidad es bloquear la conducción nerviosa debajo de la piel y, en consecuencia, evitar que los músculos se contraigan. De modo que la piel queda más tersa y estirada.
Para la práctica del Botox Es necesaria una primera consulta de mantenimiento y prevención con el médico, una segunda sesión consta de varias punciones, entorno a 5/10 inyecciones, en las zonas afectadas. Cada inyección dura 15 minutos. Estos no son para nada dolorosos.
Durante la semana posterior a la inyección, evite tocarse la cara o dormir boca abajo para evitar mover el producto que aún no se ha atrapado adecuadamente en los músculos.
Algunas de las Ventajas
Reemplaza la opción de cualquier cirugía y tiene un carácter mucho más sencillo, y evita los inconvenientes de una cirugía bajo anestesia general.
Algunos aspecto no tan ventajosos serían
El resultado no es definitivo y, por lo tanto, induce a renovar las inyecciones aproximadamente dos veces al año. Para no terminar con una cara “congelada”, se recomienda enfáticamente no abusar del Botox. De hecho, un abuso podría llevar a la inmovilización de los músculos.
Debido a que las expresiones faciales son más fuertes que Botox ®, es importante saber que una inyección también puede crear nuevas arrugas. Hoy en día, las cantidades inyectadas están muy bien adaptadas para evitar la “congelación” de la cara a tiempo.
Resultados finales
Unos días más tarde, el producto actúa y desaparecen las arrugas frontales y las patas de gallo.
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