Muchas personas tienen lunares en el cuerpo sin que su presencia sea motivo de alarma o preocupación. En principio no debemos preocuparnos ya que los lunares, son unas manchas que aparecen en la piel debido a la acumulación de melanocitos, unas células que el cuerpo produce para defenderse del exceso de luz. Pero si debemos preocuparnos y prestar especial atención, cuando los lunares comienzan a experimentar algún cambio, como variación del color, tamaño, empiezan a picar o a sangrar, si esto ocurre debemos acudir inmediatamente al dermatólogo, ya que estos cambios podrían ser un signo de que el lunar se ha transformado en melanoma o cáncer de piel.
El sol es uno de los factores que más influye en la aparición del melanoma en la piel, por eso las personas con muchos lunares o con factores de riesgo deben reducir su exposición al sol y cuando lo hagan adoptar una serie de medidas.
Existen diferentes tipos de cáncer de piel. El melanoma es uno de ellos. Puede iniciarse como un lunar o en una zona de cambia de apariencia. Es el menos común de los cánceres de piel, pero si es el más agresivo y por eso el más peligroso.
Los lunares atípicos o de tamaño muy grande deben ser examinados por el dermatólogo al menos una vez al año, sobre todo además si se produce algún cambio.
La mayor cantidad de cáncer de piel, se desarrollan en aquellas partes del cuerpo que están más expuestas a los rayos solares como son: cabeza, cuello, orejas, manos, hombros y antebrazos. En los hombres hay que prestar también atención a la zona del pecho y en las mujeres en la zona de atrás y debajo de las piernas.
Atención precoz
Si se realiza un diagnóstico precoz, es decir en su estado inicial, el melanoma se cura con tratamiento quirúrjico.
Precauciones ante el sol
Si tienes lunares solo tienes que aplicar las normas básicas que para el resto de la piel:
*Recuerda que debes extremar las precauciones ante el sol si tienes lunares.